lunes, 3 de diciembre de 2007

Tango


Venía cabizbajo, asustado, casi augurando un nuevo fracaso. El temor que había acechado desde hace algún tiempo, en la actualidad ya estaba posado sobre mi.

Tomé distancia, sacie la sed y concurrí con una externa, es decir superficial, confianza. ¿Mis nervios? Si, ¡pero nadie más los sabría!. Pasos de tierra levantaron una neblina.

Pelo caído. Manos encerradas en la tela. Frente a frente, conteniendo la respiración temerosa, permití que un gesto fuese suficiente invitación.

Ojos con ojos, manos con manos. Manos con cuerpos. Sujeto de ti. Rítmico andar.

Tus pechos inflados acaban con mi temor. Tu emoción, tu temblorosa actitud me permite ser decidido en mi, decidido para ti. Revientas de placer... presionas de placer.

No hay comentarios: